martes, 3 de junio de 2008

Relatos de El Gofo

Hay veces que pienso que seria mejor ser todo un hipócrita o un hijo de puta de esos a los cuales nada los conmueve. Pero no lo soy, me cuesta decir que no, me mueve una cierta sensiblería barata por un pasado indigno de ser recordado con cariño. Y dentro de ese contexto, después de que el Gofo llamo varias veces al estudio accedí a que le diesen mi teléfono celular. ¿Para queeee? Hubiese dicho Olmedo.
La primera vez que se comunico conmigo era viernes. Yo tenía todo el día ocupado y por suerte la noche también. Pero cuando me llamo y me dijo que se iba al día siguiente me pareció posible desayunar con él el sábado. Su llamado nunca llego.
Me había desentendido del asunto cuando el pasado lunes 19 de Mayo sonó mi teléfono. Era el Gofo implacable que había vuelto de Bariloche y quería verme. Quede para ese mismo día a las 20.20hs. En la esquina del Alto Palermo. Ese fue mi primer acto fallido, pero no fue lo suficiente, porque por más que la hora en la cual lo cite era la de entrada y no de salida del analista, llegue con el suficiente margen de tiempo como para darme cuenta del error, buscarlo en la esquina convenida y avisarle. Y su puntualidad hizo merito para salvarse del plantón inconciente.
Salí del analista 21.10hs y el gofo me esperaba en el café havanna cual perro fiel y obediente. Le dije de ir a cenar pero el había comido a las 19.00hs. luego de bajar del micro que lo había traído de Bariloche. Se largo a llover y fuimos a un restaurante peruano que queda en Dorrego y Guevara. Yo comí, el tomo un whisky. Y con el néctar color ámbar en su bazo comenzó a contarme de su vida. Cuando me dijo que cada 45 días viene a Bs. As. me empecé a preocupar. Se caso con una Boliviana, tiene un negocio de ropa que importa / contrabandea ropa del once. Todo como si fuese un negocio fashion. Estudio derecho, pero después tuvo que dejar porque no le alcanzaba la plata. En su fuga a Bolivia, el no te dejo involucrado (no entendía como la gente tenia el teléfono de la casa de tu vieja). Y al ratito nomás vino el primer "vos sabes como te quiero, vos sos como un hermano para mi" a lo cual no supe que responder. Ni a eso ni a "si nos criamos juntos" ni a ninguna cosa por el estilo.
Cuando terminamos ahí me dijo de ir a tomar algo a un bar y por lo dicho en el primer párrafo fui. En el camino, note que él no recordaba fecha alguna, cuando estuvo en buenos aires, hasta que año del colegio secundario (si mal no recuerdo después que termino primero se fue a Bariloche), ni cuando vivió con su tránfuga amigo Federico en su ultimo y "glorioso" paso por acá. Me contó que Sebi lo mando un día a la mierda por la calle. También me contó que le había pedido plata prestada a Palito (el viejo de sebi) y que no se la había devuelto, pero no ataba las dos historias. Me volvió a decir que era su hermano, se termino el segundo Jack Daniels e insistió para ir a otro lado. Otro bar, recoleta preferentemente. Prometió unos tragos en un cabarulo del fino distrito, pero sistemáticamente me negué a ir. Termine negociando en "crónico" Se tomo un par de J.D. más. Me volvió a llamar hermano 15 veces, me contó como fundo el primer movimiento aborigenista en la universidad de La Paz, que por eso lo habían perseguido y no se podía recibir de abogado porque los blancos se la tenían jurada. Me dijo que iba a abrir una inmobiliaria en Bolivia, con su experiencia en la construcción y que quería vender cosas de acá (las que yo hago) y que yo le vendiese a la comunidad boliviana local cosas que el iba a hacer en Bolivia. Le agradecí la confianza y le dije que si tenia algo se lo mandaba pero que no iba a abrir una inmobiliaria temática dedicada a los bolivianos. Me dijo quince veces mas que era su hermano y como me quería.
Pero sobre todas la cosas, me dijo que estaba muy preocupado por vos, que había hablado mucho con tu vieja y te veía mal. Y el por vos se iba a ir a Alemania, porque sos "su hermano". Yo le dije que no hacia falta que te cuide, que tenias problemas como todo ser humano pero que no hacia falta que fuese para allá. Que si quería conocer Alemania podía ser una buena excusa ya que estas ahí, pero que si es por vos, no es necesaria su visita. Supongo que si no le mandas el pasaje estas a salvo.
Insistió en ir a la zona roja a ver los travas o lo que hubiese. Negocie con pasearlo un rato por las cañitas. Y finalmente lo deje en la embajada de EE.UU. para que se tome un taxi.
Pasaron 15 días y estoy descontando los que faltan para que se cumplan sus 45 prometidos y que mi teléfono no atienda llamadas raras.

7 comentarios:

Nippur de Lagash dijo...

lucu, el gofo esta loco.
Y creo que si bien es digno de convertirse en personaje literario, lo veo mas en un drama que en una comedia.
Una cruza de Holden Caulfield e Ignatius Reilly.

Anónimo dijo...

Uy, si el relato me dio miedo, el comentario de Ramiro me terminó de achuchar. Quiero conocer al Gofo, pero en presencia de testigos por favor

El inconsistente dijo...

No entiendo nada

Quién es este muchacho? Es como Max Cady de Cabo de Miedo

Right?

Demóstenes dijo...

no es tan peligro como para "cabo de miedo", mas bien esta para "la gran estafa".

Julius dijo...

El peligro es que te encuentre en una dirección fija, la billetera abierta o simplemente, la oportunidad de hacerse de algún dinero tuyo "fraternalmente".

Nippur de Lagash dijo...

El gofo no es un carterista. Es un talentoso del embuste y el verso.
Lo curioso es que yo, que lo conozco, se que muchas de las aparentes mentiras que cuenta son ciertas. De hecho vivi alguna de esas con el.
Eso lo hace mas peligroso, porque nunca se que creerle y que no.
Mi experiencia me dice que es mejor darlo por culpable hasta que demuestre lo contrario. Pero igual le tengo cariño, al abominable gofo de las nieves.

Nippur de Lagash dijo...

escribi algo mas sobre el gofo en mi blog